domingo, 20 de julio de 2014

Falleció José Muñoz

HASTA SIEMPRE “CANICA"


Ayer, como muchos que formamos parte activa del quehacer del ajedrez riogalleguense, me vi duramente sorprendido y conmocionado al recibir la noticia del fallecimiento de José Muñoz y su señora esposa como consecuencia de un accidente automovilístico. Además de las sinceras condolencias a sus familiares y allegados, se hace inevitable, como siempre sucede en estos momentos, caer en la cuenta de lo poco útiles que resultan las palabras para intentar aliviar el dolor de aquellos que de manera más cercana, deben afrontar la pérdida de un ser querido. No obstante, creo que es posible reflexionar como institución ante nuestra propia pérdida, y dejar testimonio sobre todo lo positivo, constructivo y loable que José Muñoz aportó a la familia del ajedrez riogalleguense e incluso, dejar clara y expresa constancia de lo determinante que fueron sus acciones para que la ADAR exista, se desarrollara y sea lo que es en la actualidad. Soy un convencido de los hombres solo mueren cuando han sido olvidados, y es por ello que el sólo recuerdo de mucho de lo hecho por José en su tiempo con y para nosotros, hará que lo tengamos todavía presente.

El aficionado, el entusiasta
Allá por 1987, José Muñoz comenzó sus primeros pasos en el ajedrez de torneo. Nunca fue un verdadero estudioso, pero tuvo el talento para progresar a partir de su propia experiencia y llegar en un momento a consolidarse como ajedrecista de la segunda categoría de ADAR y ganarse una reputación de jugador ‘peligroso’. Clasificó a varias finales del Torneo Mayor y a lo largo de su carrera como jugador de competencia en Río Gallegos logró varias victorias célebres, como el triunfo sobre Miguel Olguín en la final del Mayor 2002 (Olguín sería luego el ganador de ese mismo torneo, y sobre 14 partidas disputadas sólo perdió el encuentro mencionado) y el ‘doblete’ de victorias ante quien escribe estas líneas en los torneos “Otoño” y “Día de la Bandera” de 2010. “Canica”, el apodo con el cual era muy conocido José, siempre se caracterizó por su constante buen humor y sus oportunas y ocurrentes bromas y “cargadas”. No importaba si se trataba de una partida amistosa o una oficial, si se trataba de una victoria o una derrota, Canica nunca dejó de sonreír y, más importante, hacer sonreír a su rival de turno y a los demás. Y el hecho de no ser un precisamente un estudioso del juego como antes mencioné, no significó que no deseara aprender más y, a su modo, perfeccionarse: solía observar con mucha atención las partidas que eran jugadas por otros, preguntaba por qué tal cosa y no tal otra, se interesaba y participaba de análisis de posiciones junto a otros jugadores y hasta seguía torneos por Internet, sobre todo aquellos que tenían la participación de algún galleguense.

José Muñoz enfrentado a Jorge Domínguez durante la Semifinal del Mayor 2012

El dirigente
Algo menos conocido por los ajedrecistas, al menos en detalle, es el importante trabajo que Canica llevó a cabo durante su rol como directivo de ADAR para que la Institución saliera adelante en tiempos difíciles y los socios pudieran disfrutar de la sede que hoy la Asociación posee. A este último respecto, varias acciones de Muñoz fueron determinantes para disponer de las instalaciones sociales. En 2001, Canica pasa a formar decididamente parte de la Comisión Directiva de ADAR. Eran años de reorganización institucional y de lograr objetivos largamente anhelados, tal cual el poseer una sede propia para el Club. Allí asomaron otras de las virtudes personales de José Muñoz: la coherencia, la claridad, el compromiso y las capacidades para el diálogo y la conciliación. A pesar de lo que uno pudiera pensar a partir del constante buen humor de Canica, él sabía muy bien como tratar cuestiones serias, analizar propuestas, problemas, soluciones e interceder en conflictos sin imponerse y atendiendo siempre a consensuar pensares diferentes de modo que los resultados fueran los más beneficiosos para la Institución y sus socios. Podía hacer ver a otros si estaban equivocados sin ninguna necesidad de ofensas o reproches. No es por nada que su opinión en temas de la vida institucional de la ADAR siempre fuera muy respetada. Con la adquisición del local donde hoy se emplaza la sede social, Canica inició una gran y activa tarea en torno al trabajo edilicio que se prolongó por varios años. Su competencia como Maestro Mayor de Obras fue puntual en estos temas en cuanto a planos, construcción y refacción: vale la pena recordar que cuando ADAR adquirió las actuales instalaciones, las mismas se encontraban en total ruina y carente de baños y todo servicio. En el aspecto legal del Dominio, fueron necesarias incontables gestiones ante el Iduv, Municipalidad y otros Entes, lo que se tradujo en largos meses de trámites llevados a cabo por Muñoz. 

El “Cani” y los hermanos Roa en la sede de ADAR.
Canica también estuvo muy presente y de manera muy activa detrás de la organización de muchos torneos importantes de ADAR. Jamás quiso llevarse crédito por algo que hubiera aportado: su perfil bajo era producto de una humildad tan poderosa como su carácter positivo y optimista. Incluso, en algunas ocasiones en que las cosas se pusieron difíciles, aportó dinero de su bolsillo para financiar gastos de la Institución o para que juveniles y otros jugadores de ADAR pudieran viajar a torneos de nivel nacional. 

Canica entregando un premio al juvenil Mastrangelo. El dirigente de ADAR siempre se preocupó por que los chicos tuvieran las mejores oportunidades para competir
Resulta más que evidente, que habré omitido por olvido muchas otras cosas destacables de José Muñoz en esta reseña, espero no obstante, haber dejado una idea de lo que importante que fue Canica para el club y para nosotros, sus compañeros del juego de las piezas de madera. La ADAR ha sufrido una pérdida grave: con Muñoz se fueron un gran dirigente, un gran jugador y por sobre todas las cosas un gran amigo. Jamás habrá otro  igual, y tal vez por eso mismo, Canica estará siempre.

Profesor Pablo López
Secretario de Prensa y Difusión de ADAR 

1 comentario:

Julio Alberto Lascano dijo...

Mis condolencia a la familia por esta trágica pérdida.